sábado, 28 de agosto de 2010

Participación ciudadana y desarrollo territorial en Venezuela. Rodríguez, Armando.

Toda comunidad se asienta y se circunscribe en un territorio, pero el territorio no es solo un espacio geográfico y administrativo, es también un lugar físico y muchas veces simbólico, de donde surgen relaciones sociales de complementariedad, de competencia, de conflicto y, en, de vida grupal. En este sentido, el territorio constituye un espacio de vida. Igualmente, este espacio está sujeto a transformaciones económicas, estructurales, tecnológicas, culturales, entre otras.

A diferencia del territorio, la localidad es el lugar de relaciones sociales, de producción, de distribución y de consumo; pero también es un lugar de socialización, de educación, de adquisición de conocimientos, costumbres y hábitos.

Todo desarrollo territorial es endógeno; es decir, tiene la capacidad para transformar el sistema socio-económico, la habilidad para reaccionar ante los nuevos desafíos externos, el aprendizaje social, la habilidad para la organización y el control social y la habilidad para innovar a nivel local. Además, todo desarrollo local es descentralizado porque busca la configuración del territorio como un sujeto colectivo con capacidad para construir su propio futuro.

En consecuencia, el desarrollo territorial se plantea como objetivos fundamentales: la consolidación de una sociedad democrática y participativa, la cohesión económica y social del territorio, la creación de un territorio competitivo y la conservación de los recursos naturales. Para lograr estos objetivos se recurre a tres factores estratégicos de competitividad: organización institucional, conformación de redes sociales orientadas a mejorar la productividad y con ello el empleo, y el aprovechamiento del complejo entorno territorial.

A pesar que las políticas y programas económicos y sociales implementados en Venezuela tienen objetivos precisos para fortalecer el desarrollo territorial, en especial la equidad y la inclusión social, los resultados no son los esperados. La falta de procesos sistemáticos y rigurosos en la implementación de éstos, la burocracia y la corrupción obstaculizan la obtención de los objetivos planteados.

Los problemas de desarrollo territorial en Venezuela sólo se podrán resolver en el futuro mediante la colaboración de los diferentes niveles de gobierno y de administración: relaciones entre las regiones, las regiones con instituciones y con la sociedad civil organizada.

Los proyectos y programas de las regiones y de las localidades se complementarán mejor si todos los actores orientan sus esfuerzos hacia objetivos de desarrollo territorial común y el logro de éste dependerá de que se avance en la integración económica y el correspondiente aumento de la cooperación entre las diversas regiones y localidades; de la creciente importancia de las autoridades regionales y locales y de sus funciones respecto al desarrollo territorial y de la integración al contexto mundial, de la economía y de la tecnología. Todo ello permitirá lograr la cohesión social y económica del territorio venezolano.

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